Unos momentos del solo de Cristina del Pozo, bailarina principal de Aldanza
Orígenes
Después del exitoso estreno de "El Corsario" (15 de junio de 2019), la compañía se prepara para presentar la nueva producción. Un giro de 180 grados lleva ahora a los bailarines de Aldanza hacia el contemporáneo más actual, interpretando una pieza creada por nuestra Bertha Bermúdez.
Bertha propone una coreografía que se caracteriza por un proceso de hibridación, en la que danza y tecnología se unen para crear un viaje hacia el concepto más íntimo de la danza: el concepto mismo de lo que significa ser un bailarín.
ORÍGENES; sinopsis
El bailarín activa su voz creativa a través de la improvisación. El contacto de los pies con el suelo, para dar alas a la imaginación, a la continua búsqueda de un lugar de apoyo para el movimiento, un paisaje, escondido en su memoria, donde estuvo feliz. Los bailarines se van encontrando unos a otros, con las miradas, los movimientos, hasta construir un unísono que se adentra en una aceleración en el tiempo. Insistencia, reiteración obsesiva y fatiga: los cuerpos de los bailarines extenuados y cansados. Lo que sale de ellos es lo más personal y menos controlado. Y una vez en el límite, un paso más allá. El origen del movimiento es implícito en la vida. Todos y todo estamos en continuo movimiento. Entre los más naturales, el círculo, algo ritual, algo que nos lleva a los orígenes de nuestros tiempos. Unas simples caminatas desvelan las relaciones entre el movimiento, el tiempo y el espacio. De los solos a los duos, hasta que en esta escenificación entra la voz del público, el tercer actor. Del yo al nosotros, con los demás bailarines, con el público. Los rituales se hacen entre todos.
Mi intención al crear esta pieza era dar a conocer a los bailarines al público. ¿Quiénes son estas personas que están ahí bailando? ¿Porqué bailan?
Para ello he creado una estructura, donde lo primero que presento es una coreografía con movimientos iterativos, basados en la escucha y la improvisación. Quería que los bailarines de Aldanza tuvieran una experiencia donde activar sus propias voces creativas y la improvisación nos ha dado esta posibilidad.
La primera escena se basa en el contacto de los pies con el suelo, del cuerpo cercano a la piel y de la imaginación como lugar de apoyo para el movimiento. He pedido a los bailarines que piensen en un paisaje que les gusta mucho y dónde se encuentran felices. Me interesa que su imaginación esté activa y piensen que el tacto de sus pies con la arena, o la hierba o un rio haga que el resto del cuerpo se encuentre en ese mismo estado. Así, a medida que pasa el tiempo, se van encontrando unos a otros, con las miradas, los lugares, los movimientos, hasta construir un unísono que busca una aceleración en el tiempo. Es esta aceleración, la que nos llevará a otro material de danza, el péndulo.
En la danza clásica el peso siempre suele ir hacia arriba. Quería, sin embargo, que sintieran el peso de sus brazos como un péndulo y que vieran el trazo de cada línea llegando hasta el final de sus dedos. Este material coreográfico, me refiero al péndulo, se va repitiendo y combinando, dejando momentos abiertos donde los bailarines entran en canon, se desprenden del unísono y se vuelven a encontrar. La insistencia y fatiga me parecían importantes en esta parte. Quería ver los cuerpos de los bailarines extenuados y cansados de forma que lo que sale de ellos fuera lo más personal y menos controlado. Para esto hemos añadido al péndulo una frase de saltos, que repiten mucho interactuando entre ellos hasta que físicamente no puedan más.
Todo este primer bloque es la danza, es lo que esperamos ver cuando vamos a ver danza.
Vemos a los bailarines como unas personas a las que miramos y admiramos desde nuestras butacas, pero que no sabemos porque hacen lo que hacen.
En la siguiente escena, entramos en el descubrimiento del movimiento. Un video propone movimientos de la cámara y de la naturaleza, haciendo patente la idea de ver que todo se mueve, que el origen del movimiento está implícito en la vida y que todos estamos en continuo movimiento. Los bailarines están mirando al video de la misma forma que el público está mirando, pero poco a poco cobran vida a través del movimiento hasta ir poco a poco creciendo en él, trasladándose en el espacio hasta formar un circulo.
El círculo es para mí algo ritual, algo que nos lleva a los orígenes de nuestros tiempos. Simples caminatas son suficientes para comenzar a entender las relaciones que se establecen entre el movimiento, el tiempo y el espacio en esta segunda escena.
Una vez en movimiento, comienza el momento en el que los bailarines pueden explicar porqué bailan. ¿Qué es el movimiento para ellos? Aquí materiales creados por los propios bailarines en formato de solos se combinan con textos escritos por ellos y sus explicaciones sobre la danza. De los solos, pasan a los duos hasta que se da entrada a la voz del público. Pasamos del yo al nosotros. Las explicaciones que surgen del público son igual de validas e importantes que las de los bailarines.
Es gracias a estas explicaciones que entran en el espectáculo como un miembro más. A su vez, me parecía muy importante que el público formara parte activa de la pieza Orígenes, ya que los rituales se hacen entre todos.
Para ello proponemos un taller previo al espectáculo donde el público interactúa con los bailarines y aprende a utilizar una aplicación web llamada CoMo que les posibilita crear sonidos y gestos con su teléfono móvil. Esta herramienta nos sirve como nexo entre bailarines y público. Creando una escena donde el público entra a ser un actor más del espectáculo.
La improvisación vuelve a servirnos como forma de comunicación para llegar al final, que no deja de ser el comienzo, el origen de esta idea, que finalmente ha encontrado su realización en una creación con los bailarines de Almudena.
Bertha Bermúdez